Tu puedes marcar la diferencia


Separase con hijo

Marta vino a terapia con una profunda sensacion de vacio e insatisfacción con su vida. Hacia dos años que se había separado de una pareja, trás 10 años de relación. La separación con un hijo pequeño la llevó a regresar al hogar familiar con su madre, también separada desde hacia muchos años de su propio padre. Pero además, el hijo en común le llevaba a sostener una relación estrecha con su ex. NInguno de los dos habían retomado una relación seria con otra persona.

Muy pronto, cuando trabajamos la relación entre los dos, se hizo evidente que ninguno de los dos se había separado de verdad, y que con el pretexto del niño, mantenían el mismo tipo de relación que tenían juntos. Ella se sobreresponsabilizaba de todo, respecto al niño, cuidados, economía, tiempo de dedicación, pero al mismo tiempo se refugiaba en su ex para compartir sobre cosas personales y opacar su soledad. El por su parte seguia recurriendo a ella cuando se encontraba mal o deprimido. En otros momentos, ella le reprochaba su falta de compromiso con el niño y él se defendía con justificaciones, y sostenia algunas relaciones sin comproomiso con otras mujeres. Entrando más profundamente, él seguía sin sentirse a la altura de ella, como le pasó durante la relación y tenía enfado por sentirse reñido como si fuera un niño. Y ella no le perdonaba que hubiera provocado la ruptura con una infidelidad, despues de darle "tanto" en muchos sentidos. Necesitaba sentir que él a pesar de todo seguía necesitandola.

Como es habitual en MCI, desenmascarar el patron relacional fue la base para los cambios que Marta emprendió. Dejar de ser su confidente, repartir más equitativamente las responsabilidades, iniciar su propia vida con actividades propias.  Y empezar a ponerle límites. Poco tiempo después el inició una relación más seria con una mujer; se la presentó a su hijo. También se distanció de Marta.  Pralelo a esto tuvimos que que trabajar el patron relacional con su madre, con la que convivía,  y su padre. Vió entonces que también con su madre se ocupaba en exceso de ella, después la reñía y tampoco sabía ponerle límites. Poco tiempo después sintió con fuerza que para respetarse ella y a su madre, preferia vivir independiente con su hijo. Y asi lo hizo. la relación con su madre se mantuvo más fluida. Y más respetuosa por ambas partes.

En fecha posterior, su hijo empezó a hacer síntomas cuando iba a domir con su padre. Cuando revisamos lo que sucedía pudo comprobar que los días en que el niño tenía pesadillas, ella se había sentido mal por algo, y especificamente por algo con su ex. En medio también estaban emociones más profundas removiendose, en especial al ver que él tenía otra relación. Comprobo, en la silla de su hijo, como él se daba cuenta del malestar de su madre y como el niño se culpaba por ello, ya que no había nadie más! Sus pesadillas siempre repetían lo mismo: el miedo a que su madre le abandonara. Este proceso desencadenó porfín el verdadero duelo por la relación terminada. Junto con la tristeza ella experimentó una gran culpa por no haber hecho bien las cosas. Y haber privado asi a su hijo de una familia completa. Lo mismo que le había sucedido a ella. Entonces trabajamos en paralelo el sentimiento de su madre cuando se separó de su padre. Y pudo comprobar paso por paso, que su madre se había sentido exactamente del mismo modo. Ver hasta que punto ella estaba repitiendo aquel programa de vida, le sirvió enormemente para liberar su culpa. Y también para ver que ella tenía ahora una oportunidad distinta a la de su madre. Separase de verdad de su pareja y darse una nueva oportunidad. Este paso fue muy importante para ella. Se dió cuenta entonces hasta que punto su madre se habia quedado anclada en el pasado. Y también de qué modo su lealtad hacia ella habia dificultado su relación con su propio padre. Y después con su pareja. La liberación de la culpa, desde estas tomas de conciencia, son un aporte esencial del modelo MCI. Es una constatacion vivencial de que no somos tan libres de elegir como a veces creemos, mientras no tomamos conciencia. Ni por tanto tan culpables. Al mismo tiempo, la toma de conciencia nos permite responsabilizarnos y abrir nuevas alternativas.