 
							Tu puedes marcar la diferencia
TESTIMONIO TERAPIA
Cortar el cordon umbilical, desde la perspectiva MCI.
Roberto tiene unos 40 años y viene a consulta, entre otros motivos, porque atraviesa una grave crisis económica mezclada con una grave perdida de confianza en si mismo. Tiene un poderoso vinculo con su madre que le ha legado una casa en herencia. Sin embargo la ruptura de su anterior matrimonio y la coyuntura laboral le obligan a poner en venta la casa propia para sobrevivir. Por supuesto la casa no se vende. Procedemos entonces a trabajar la relación que mantiene con su madre, de la que se siente excesivamente responsable, asumiendo en no pocas ocasiones responsabilidades y cuidades que corresponderían a su propio padre, quien todavía convive con su madre. Esto es una alteración del orden, que en su caso se remonta a su más temprana infancia. De cierto modo él logra ver que usurpa parte del espacio de su padre y de este modo se mantiene distante de él, al tiempo que en exceso apegado a su madre. Cada vez que emprende una relación de pareja, ésta se vé poderosamente interferida por su cordón umbilical con su madre, quién lo reclama constantemente.
Según ha demostrado ampliamente Bert Hellinguer, cuando un hombre adulto permanece al lado de su madre, y no de su padre, no puede asumir plenamente ni su masculinidad ni su proyecto de vida independiente ni por lo tanto una relación plena con una mujer. Perpetua su condición de hijo. Para romper esta dinámica debe ver donde se encuentra, cambiar su posición, dejando de ocuparse y preocuparse de lo que ya no le corresponde, dar su lugar y reconocimiento a su padre y poner limites a su propia madre. En éste caso, trabajamos con diversas técnicas la readecuación del patrón relacional, y en determinado momento el orden se restableció significativamente.
No poder soltar la casa, es decir la herencia de su madre, está reflejando ese no poder soltar a su madre. Descubre entonces que siente una gran culpa y un sentimiento de fracaso y traición al dehacerse del legado de su madre. Trás un poderosos trabajo emocional y relacional con padre y madre, comienza a poner limites y a recolocarse con ambos, hasta sentirse libre de hacer lo que quiera con algo- la casa- que ahora es suyo. Poco después la casa se vende.
